Miguel Molina | #21D: Liderazgo en las elecciones catalanas
513
post-template-default,single,single-post,postid-513,single-format-standard,ajax_fade,page_not_loaded,,qode_grid_1300,qode-content-sidebar-responsive,qode-child-theme-ver-1.0.0,qode-theme-ver-9.5,wpb-js-composer js-comp-ver-4.12,vc_responsive

#21D: Liderazgo en las elecciones catalanas

#21D: Liderazgo en las elecciones catalanas

Las elecciones catalanas del pasado 21 de diciembre pasarán a la historia no solo por la victoria de Inés Arrimadas de Ciudadanos o por el desplome de los partidos tradicionales como el PP y el PSOE, sino por creatividad en la campaña de la formación naranja, que para algunos expertos recuerda a la del 2008 de Barack Obama (EEUU). 

Cierto es que ambas victorias fueron sonadas. Obama dio una lección en las urnas con una estrategia original, fresca y cercana al sentimiento de la mayoría de los votantes. Se le puso en la calle como si fuera un producto. Fue una campaña total: música, colorido, Pop-Art, Rap… el marketing nos demostró que podía con cualquier barrera. Inés Arrimadas no se ha quedado lejos y se ha convertido en la Obama “blanca” al desafiar a todos sus contrincantes con armas similares a las que utilizó el de Honolulu. La única mujer que plantó cara a tantos varones se llevó más de un millón de votos. Pero, ¿qué hay detrás de estas cifras?

Al margen de la movilización de apoderados en todos los colegios electorales, la marea naranja fue un fenómeno

de ilusión. Gente de todas partes que se desplazaron hasta tierras catalanas para vivir en primera persona uno de los acontecimientos de la democracia española. El marketing político tampoco faltó a esta gran cita.

La estrategia de Ciudadanos cumplió con todos los pronósticos. Aunque la puesta en escena pareció innovadora, bien es cierto que se vieron detalles de otros candidatos de primer orden mundial.

La mercadotecnia política no es una moda del 2017 sino un término usado en las grandes citas electorales por candidatos que han defendido a capa y espada un sistema democrático, empezando por Eisenhower (1952) hasta pasar por Barack Obama (2008 y 2012). En España, quien mejor ha sabido explotar las bondades de esta herramienta y que realmente llega a captar la atención de nuestras amígdalas es sin duda Ciudadanos.

Las elecciones del pasado jueves 21 de diciembre de 2017 demostraron la capacidad de enrolar a la mayoría de votantes a base música, colorido y sentimiento. Los tres pilares esenciales de cualquier batalla electoral.

Inés Arrimadas ha sabido plantarse ante la sociedad catalana como la solución a los 40 años de adoctrinamiento, la candidata idónea para el progreso y el cambio. Su equipo de campaña supo tocar la tecla para que llegara una imagen fresca, creíble y simpática de la número 1 por Cataluña.

No estuvo Bruce Springsteen ni Leonardo Di Caprio para apoyar a la formación naranja en esta aventura, pero sí tuvo el guiño de futbolistas como Roberto Soldado.

No obstante, esta campaña electoral no ha salido gratis para los bolsillos de los catalanes y del resto de ciudadanos españoles, pues nos toca a 640 euros por cada ciudadano español (El Mundo).

La Vanguardia también hizo público el gasto que todas las formaciones políticas tuvieron para esta cita electoral. Como se puede comprobar, Cs rentabilizó al máximo hasta el último euro, todo lo contrario sucedió con los partidos tradicionales como PP y PSOE, que acabaron con unos resultados inesperados y sorprendentes.

 

 

 

Estas son algunas de las claves del éxito de Cs (El Mundo):

  1. Búsqueda del votante mayor. Cs buzoneó 220.000 folletos para promocionar sus actos y llegar a la gente que vive alejada de la era internet.
  2. A vueltas con el cómic. Tal y como hizo Obama, el estilo Pop-Art tuvo su impacto nueve años después.
  3. En busca del voto no ideológico. Repartieron 500.000 folletos en zonas abstencionistas de Cataluña.
  4. Campaña tradicional de Cs: las carpas… y pisar mucha calle. Instalaron carpas en zonas de máxima afluencia de Barcelona y en hora punta; y despliegue logístico con presencia en zonas estratégicas, con perfil de votantes constitucionalistas.

Las cifras: durante la campaña montaron casi 600 carpas, encolaron 85.000 carteles, repartieron 180.000 globos y más de 500.000 folletos en las carpas, dieron 95.000 pegatinas y 20.000 pins, colgaron 2.000 pancartas y pusieron 30.000 banderolas en 15.000 farolas (El Mundo).

El coste total de la campaña de Inés Arrimadas ascendió a los 2,1 millones de euros, la más cara de todos los partidos que concurrieron el 21D.

Si la campaña de Obama del 2008 se caracterizó por ser innovadora, simple y disciplinada, la de Inés Arrimadas tampoco se queda atrás. Ambas causaron impacto, sentaron cátedra con un trabajo entre bastidores muy concienciado sobre dónde había que hurgar para convencer. Al final, los resultados son el fruto del trabajo en equipo y del conocimiento del entorno social. Inés movilizó no solo a los catalanes sino que fue capaz de traspasar fronteras y ser la imagen de la esperanza catalana.